miércoles, 10 de julio de 2019

La vocación del periodista



Y todavía hay algo más que me quedé pensando. Encontré que, en el marco del Congreso de Periodismo y Medios de Comunicación de mayo de 2012 en La Plata, Carlos Ernesto Espeche citó una frase de otro periodista argentino pronunciada en 1960, la cual se constituye en toda una declaración condensada: "Somos objetivos, pero no imparciales", dijo el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti en el verano de 1960.

Tal sentencia abre otra dimensión más en el debate de la objetividad-subjetividad del periodismo, la cuestión de la imparcialidad-parcialidad que, según ciertas miradas, no se trataría de un binomio equivalente al anterior y trascendería el dilema ya propuesto.

Más allá de lo comentado aquí y en otros posteos, existe un hecho real que, según creo, atenúa el impacto que la subjetividad humana le imprime al oficio periodístico: el rigor del pensamiento científico. Este aportó, ya desde hace mucho tiempo, herramientas valiosas para que cualquier investigación conducida por un periodista se realice según métodos probados (el cuantitativo y el cualitativo ya son de rigor mencionarlos). Así el periodista con vocación busca descubrir los hechos en la dimensión más exacta posible, y con su divulgación contribuye al conocimiento humano. Entonces, el periodismo no es simplemente un tipo de discurso sobre el cual nos limitemos a medir objetividad y subjetividad sino que encierra un proceso dinámico muy complejo y productivo.

Y todavía más allá de los análisis y las técnicas, hay un factor que incide definitivamente sobre la calidad del oficio periodístico y sobre la balanza de la objetividad-subjetividad: la vocación del periodista. Es el profesional quien marcará la diferencia entre un periodismo malintencionado y otro de profundidad informativa.


¿No es opinión? ¿Y el lenguaje tampoco es subjetivo?



Volviendo hoy al asunto con la cabeza ya enfriada por las distracciones de la vida, me inclino a pensar que no resulta nada lineal esta cuestión de la objetividad-subjetividad, que no es un tema plano en lo más mínimo: tiene dimensiones, profundidades, aristas... y creo que se extiende más allá de cualquier intención cuantificadora que traigamos. 

A pesar de todo, y desde la mirada del análisis del discurso, queda claro que existen palabras y construcciones que manifiestan algún grado de subjetividad porque expresan cierta valoración del enunciador respecto de lo que comunica. Si miramos por el lado de los tipos de palabras, es frecuente ver que se señala al adjetivo como el principal responsable de la subjetividad en un texto. Por supuesto, es innegable que los adjetivos pueden portar mucha carga subjetiva porque son palabras con las que podemos marcar nuestra valorización; pero no menos cierto es que también ciertos sustantivos, verbos y adverbios no se mantienen neutros sino que permiten imprimir tonalidades de opinión. Detallo tres ejemplos: puedo calificar a alguien como un "aficionado" (...pero la persona se considera un profesional), puedo juzgar que "criticó" cierto hecho (la persona considera que simplemente "evaluó"), y puedo agregar que "lamentablemente intervino" (la persona considera que su intervención fue positiva).

Bueno, traté de puntualizar con ejemplos el hecho de que tanto los sustantivos como los verbos y también los adverbios nos sirven para aplicar atributos; por lo tanto, no solo los adjetivos pueden portar la subjetividad de nuestros enunciados. Qué se dice, quién lo dice y cómo lo hace son tres aspectos fundamentales de la enunciación, y van a impactar de un modo u otro en la balanza de la objetividad-subjetividad del mensaje.

Y para cerrar esta entrada, me gustaría compartir un breve video del venezolano José Rafael Briceño (comediante, locutor y profesor universitario), quien ilustra de manera graciosa el tema de la subjetividad en su programa El Reporte Semanal. En este capítulo, y con su habitual tono humorístico, colecciona algunos momentos del ámbito internacional para referirse al "periodismo objetivo":


martes, 9 de julio de 2019

No es opinión, es información



Desde hace tiempo que se escucha, en medio de los encarnizados debates políticos a los que ya venimos acostumbrados en la Argentina, una frase que busca dotar de aval y respaldo a los argumentos propios: "lo que dije no es opinión, es información".

Cierto es que muchas personas pueden informarse tan bien sobre un tema como para compartir datos objetivos que respalden sus opiniones o su simple deseo de ilustrar a otros. En el caso del periodista, si bien su tarea implica un grado de interpretación y transformación, siempre deberá recurrir a la buena información en su labor de comunicar.

Sin embargo, opino que nadie está exento de la influencia de la subjetividad en todo lo que transmitimos. Por supuesto que no digo nada nuevo; muchos teóricos que analizan las características de la palabra y el discurso han detallado las modulaciones implícitas en todo acto de comunicación: las generalizaciones, el vocabulario elegido, las omisiones, el contexto... son muchas las variables que le otorgan un sesgo a nuestros enunciados. Además, como sujetos activos, tenemos una visión del mundo, y casi siempre le damos curso a nuestra subjetividad sin siquiera advertirlo.


Desde luego, semejante dinámica resulta natural para el periodismo de opinión, mientras que la frase "lo que dije no es opinión, es información" pregona una aspiración al periodismo objetivo, el que busca tomar radiografías perfectas del mundo. Si partimos de la metáfora de una radiografía como representación fiel de la realidad, como mapa detallado y objetivo de lo que nos rodea, entonces diría que el periodista honesto que busca obtenerla podrá acercarse mucho, podrá arrimarse satisfactoriamente a la meta sin lograr cumplirla jamás de manera ideal.

Claro, quizá yo esté pecando de perfeccionista, lo admito. Pero entiendo que si quiero prosperar en mi proyecto de dedicarme al periodismo, debo reconocer cuanto antes las reglas del juego y las limitaciones con las que voy a lidiar. Y si me enfrento a la dicotomía objetividad-subjetividad, entonces ya mismo debería buscar algo más de información sobre este dilema, ¿no es cierto? Quizá mañana me extienda sobre el asunto...